La gastronomía navideña pastusa

Hermoso rememorar nuestros platos típicos, elaborados por las manos de nuestras mujeres, que por tradición le imprimen en su elaboración, ese toque culinario, heredado de nuestras abuelas y que, por estas épocas de navidad, fin y comienzo de año
Jorge Tello

Hermoso rememorar nuestros platos típicos, elaborados por las manos de nuestras mujeres, que por tradición le imprimen en su elaboración, ese toque culinario, heredado de nuestras abuelas y que, por estas épocas de navidad, fin y comienzo de año, ocupan los sitiales de honor en la mesa de las familias nariñenses e invitando a nuestros turistas a deleitar su paladar con lo más grande de la cocina regional.

El Añejo de “la Chocolatera”: Que se vendía en grandes cantidades esa masa prodigiosa de Mariela Narváez y de su mamá, siendo la base fundamental para la elaboración de los tamales, las empanadas de añejo, el champús y la sopa de tarantantas o de envueltos de cojongo con maní.

El Frito Pastuso: Elaborado en las residencias de los señores, Juan Roby y Efraín Miranda junto con sus señoras e hijos en el barrio Obrero y cuyas vitrinas de ventas se situaban en la esquina del Café Kalifa de don Ramón Moreno, en la Plaza Central de Mercado, los días viernes y sábado, atiborrados de su gran clientela. Que se complementaban con “El Salón Popular” de don Jorge “Chicharrón” Arboleda en Pandiaco.

El Cuy de Catambuy: Fundado por el ingeniero agrónomo Arnulfo Peñafiel, jefe del Departamento de Técnicas Agropecuarias del INEM. Siendo el pionero de los Asaderos de Cuyes en Pasto. Hermoso establecimiento en donde celebramos muchas reuniones familiares, sociales y empresariales, que se extendían con el buen servicio de su amplia discoteca en la primera planta.

El delicioso Cerdo Hornado: Elaborado por la familia Villavicencio, con el Salón Ambato, en honor a la tierra natal de sus padres y abuelos, quienes abrieron sus puertas en la calle 15 con carrera 26, cerca al Teatro Imperial y la sucursal en la calle Angosta, diagonal al Almacén el Rhin, de don Ignacio Montenegro. Bueno recordar el Cerdo Hornado de Bomboná, gracias a la Señora Alba y su hermano Roberto, que lo entregaban en ricas porciones con mote, papa y arepa, acompñado de una deliciosa Kola o Limonada la Cigarra.

La Legendaria Panadería y Pastelería Alsacia: Fundada por su propietario Guillermo Villota Ch., en el año 1944. Produciendo pan, pasteles y avena de inconfundible calidad. Recuerdo que cuando el Deportivo Pasto quedó Campeón en el 2006, su propietario con el grupo de pasteleros, como premio ofrecieron la degustación de una Torta de Ponque para los 15.000 hinchas en el Estadio Libertad.

“El Pescado de Don Juan”: Fue el primero en colocar su restaurante de mariscos cerca al mercado de Bomboná, que dio pie para que muchas comerciantes inundaran la zona con los productos del mar.

Finalmente, las Heladerías para el desenguayave: Las más tradicionales, “La Nueva Gloria”, “La Ñapanguita” y “La Heladería Santiago”. Las tres productoras de los helados de paila, de leche, vainilla, mora, guanábana y lulo; como también los salpicones de limón y de lulo.

La Culinaria Nariñense hace parte de nuestras hermosas costumbres, que prevalecerán de generación en generación en nuestra región sur colombiana.

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