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Mientras el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sigue con la novela del atentado del cual culpa al exmandatario de los colombianos Juan Manuel Santos, su pueblo sigue en desplazamiento.
Recientemente a la ciudad de Ipiales llegaron más de 10 mil venezolanos, lo que se convirtió en una pesadilla para los habitantes.
Pese a esa situación las autoridades atienden las necesidades principales de los desplazados que se tomaron el puente internacional Rumichaca, el cual está convertido en un verdadero desastre.
Esa situación no solo se presenta en la frontera entre el departamento de Nariño y Ecuador sino también se vive en otras ciudades como Cúcuta, Norte de Santander.
El presidente Maduro lo que anda buscando es culpables del atentado. Lo que debería hacer es ponerse a trabajar por sus compatriotas que a diario abandonan su territorio.
Los venezolanos están llegando a países como Perú, Paraguay, Argentina, Ecuador, Colombia, entre otros. Los altos funcionarios de Venezuela no se han centrado en la crisis que viven sino que siguen con la novela del atentado.
Ipiales actualmente sufre esta situación y algunos empresarios despiden a sus propios empleados para darle trabajo a un venezolano y así ahorrarse algún centavo.
Incluso hasta aumentó la inseguridad porque estas personas se están dedicando al hurto a locales y personas. Además la comunidad comenzó a acusar a la Fuerza Pública de inoperante.
La ciudad fronteriza está sumida en una crisis por la llegada de venezolanos que hace que los pocos recursos del municipio deban ser invertidos en ayudas para esta comunidad, mientras que los proyectos del Plan de Desarrollo se truncan.
¿Será que en Ipiales van a entregar beneficios a estas familias del vecino país? Porque de ser así sería algo absurdo. Las autoridades no pueden dejar a los propios ipialeños fuera de las ayudas por entregarlas a los desplazados.
Al fin de cuentas el problema se agrava en la ciudad de las nubes verdes por la presencia de venezolanos. Los más afectados son los niños, niñas y adolescentes que tuvieron que dejar las aulas escolares, sus padres, sus viviendas y propiedades.
No se justifica que el mandatario de Venezuela se encaje en su problema personal mientras que su pueblo está abandonado y saliendo del territorio en busca de un mejor vivir en los países vecinos. Pero Ipiales está sumido en una crisis.
Por: Robert Atis Bernal.