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Ayer el presidente de la República, Juan Manuel Santos, activó en Tumaco la Fuerza de Tarea Conjunta de Estabilización y Consolidación Hércules, con el fin de iniciar a partir de la fecha, una ofensiva sin precedentes contra las bandas criminales, bacrim, que tienen azotado no solo al puerto sino al resto de los 9 municipios de la costa pacífica nariñense, así como a otras poblaciones de la sierra.
Era una decisión que se esperaba, puesto que a consecuencia especialmente de las organizaciones del narcotráfico, el puerto nariñense aparece en estos momentos como una de las ciudades más peligrosas de Colombia.
Lo cierto es que la disputa territorial entre los grupos delincuenciales que se dedican a esta ilícita actividad, ha provocado un verdadero baño de sangre en estas zonas de Nariño, con uno o dos asesinatos, todos los días.
Nos estamos refiriendo a una situación de inseguridad que hace rato pasó de castaño a oscuro, por lo que la puesta en marcha de esta nueva Fuerza de Tarea Conjunta Hércules, se constituye en un operativo histórico cuya metas primordial es rescatar al puerto nariñense de las garras de la violencia.
De este modo, desde este instante, la Fuerza de Tarea Conjunta Hércules, conformada por 9.000 integrantes del Ejército, la Armada y la Policía, desplegarán toda clase de operativos de seguridad no solo en Tumaco, sino igualmente en los municipios de Barbacoas, El Charco, Mosquera, La Tola, Olaya Herrera, Magüí, Roberto Payán, Francisco Pizarro y Santa Bárbara, poblaciones que conforman la costa pacífica de Nariño.
Tenemos al frente entonces, un operativo, que como lo dijo el presidente Santos, es histórico al comenzar la protección de una extensión de más 16 mil kilómetros cuadrados, en la cual además de funcionar varios complejos petroleros y eléctricos, viven cerca de 400 mil personas.
Pero aparte, de lo que serán en sí, las acciones militares y policiales, consideramos de suma importancia el anuncio que hizo el presidente Santos, en lo referente a la realización de actividades sociales y humanitarias al señalar que las instrucciones que se le han dado a las miles de unidades que han llegado a la costa Pacífica nariñense es la de trabajar con la Constitución en una mano y con el fusil en el otro, con mucho respeto por los derechos humanos y mucha ayuda para resolver las numerosas necesidades y problemas de todo tipo que afectan a las diferentes comunidades. Para ello se fortalecerán los proyectos productivos y se le dará prioridad a los programas diseñados para la etapa del posconflicto, todo con propósito de llevarle al mayor bienestar a una población en extremo vulnerable, que durante muchas décadas no solo ha tenido que soportar los embates de la violencia, sino también extremas condiciones de pobreza, las cuales precisamente han sido el campo abonado para el surgimiento de las guerrillas y de las bandas criminales, en esta importante zona del departamento de Nariño.
Esperamos que la respuesta contra esos focos del mal que desestabilizan la seguridad se dé ya y que en poco tiempo podamos ver resultados contundentes que comiencen a encauzar el desarrollo de esta zona que contradictoriamente es paupérrima, pese a estar en el mar del siglo XXI.