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Criterio abominable
Resulta lamentable que en el departamento de Nariño no se tenga contemplación con los osos de anteojos y se los mate como si se tratara de una peste, pese a que son los balanceadores de los ecosistemas generadores de agua y de vida para las comunidades.
Aún no se confirmaba hasta ayer, pero se rumoraba del asesinato de otro oso en el municipio de La Cruz, oriente del departamento, en donde se han hecho costumbre estas matanzas, pues en ese territorio ya se han conocido de otros casos en los cuales cazadores ultimaron a esos ejemplares en vías de extinción.
Es una tristeza que las entidades ambientales, como es el caso de la Corporación Autónoma Regional de Nariño, y la misma entidad de Parques Nacionales no hagan un trabajo adecuado de prevención de esta especie que prácticamente tiene los días contados en nuestro territorio, ante ese criterio abominable de las comunidades campesinas.
Las campañas deben reforzarse y hacerles seguimiento, en el sentido de que si están sirviendo o no y también interponer las sanciones penales a quienes atenten contra la integridad de los osos, que deberían ser intocables.
Indiferencia en la U
Lastimosamente no se ha conocido un pronunciamiento oficial de la Universidad de Nariño luego de ese desafortunado hecho cuando el pasado 13 de abril un hombre joven fue sorprendido por estudiantes en los baños de mujeres, incluso en uno de estos fue captado en cámaras de celular masturbándose.
Este hecho no solo causó indignación entre las estudiantes que se atrevieron a denunciar, sino que ha generado miedo entre la población universitaria de mujeres, aún más cuando sus directivas ni siquiera han enviado un mensaje de solidaridad y garantía de que en ese claustro educativo se mantendrán medidas de seguridad.
Hasta el momento se desconoce si el tipo de gorra roja, jean azul y chaqueta gris con rayas negras pertenece a la universidad, o sino cómo entró, si se tiene en cuenta que en las puertas de entrada se exige el carné para poder ingresar.
Pura pereza
Es desesperante ver a los trabajadores de todas esas obras de infraestructura que se desarrollan en Pasto, como el caso de la carrera 27 y de la avenida Torobajo. Se mueven con una pereza y un desgano impresionante, por eso avanzan a paso de tortuga.
En el caso de la pavimentación del tramo entre el intercambiador vial y la Universidad de Nariño comenzaron en noviembre del año pasado y aún no terminan la primera calzada, y como van las cosas no alcanzarán a entregar en septiembre, como se habían comprometido los contratistas.
Son apenas cinco cuadras y solo es pavimentación, puesto que todo el trabajo de instalación de tubería se hizo el año anterior, entonces por qué tanta demora. Puyen a los trabajadores, exíjanles efectividad y no acoliten esa física pereza que se les mira a leguas.
La vía del vicio
“La vía que une al barrio La Florida y La Carolina con las instalaciones del Sena, Servicio Geológico Colombiano y Corponariño, es utilizada por grupos de jóvenes para consumir marihuana y también como motel rodante, porque allí se observan vehículos con parejas todas las noches”, comentan vecinos de esos sectores del oriente de la ciudad de Pasto.
Solicitan a la Policía que mantenga constantes patrullajes y les brinden seguridad a los funcionarios y estudiantes que utilizan todos los días esa importante vía.