El contralor general de la República ha notificado que en Colombia se roban 50 billones de pesos del erario público. Una de las modalidades organizativas para robar es la creación de carteles que en Economía se denomina así, a un acuerdo informal entre empresas del mismo sector, cuyo fin es reducir o eliminar la competencia en un determinado mercado. Identifica a una gran organización ilícita o a un conjunto de organizaciones que establecen acuerdos de autoprotección, colaboración y reparto de territorios para llevar a cabo sus actividades criminales, principalmente de narcotráfico. Y ahora se ha extendido a la corrupción para apropiarse de los dineros públicos.
Además de los carteles de Cali, Medellín, el Golfo, Sinaloa están los del cemento, azúcar, papel, chatarrización, papel higiénico, cuadernos, la toga, gasolina, la paz, sapos, la ciencia, gastos reservados y repuestos de la FAC. En Pasto se llegó a hablar de los carteles de los trámites en Tránsito y de las licencias de construcción.
«Como será de bueno el negocio de la salud que compran EPS quebradas. El único que no tiene cartel es el pueblo que vive en la olla, que ni siquiera puede ver el cartel, ni las carteleras de cine».
Como en arca abierta hasta el justo peca, gracias a la Ley 100/93, a un mal manejo de la descentralización administrativa y financiera a favor de departamentos y municipios y a la politiquería como en Nariño, el sistema de salud también fue cooptado por los carteles de los pañales, los medicamentos, los enfermos mentales, incapacidades, la hemofilia, síndrome de Down, sida, gafas y tratamientos odontológicos. En varios municipios los paramilitares, a la brava, también se aprovecharon del negocio de la salud.
Como será de bueno el negocio de la salud que compran EPS quebradas. El único que no tiene cartel es el pueblo que vive en la olla, que ni siquiera puede ver el cartel, ni las carteleras de cine.
Coletillas: Silencio sobre los resultados de la vista de la Supersalud al Instituto Departamental de Salud de Nariño. El senador García ha denunciado que la red hospitalaria pública de Nariño acusa un déficit del 50%. Algo de razón tendrá si se comprueba que a 31 de diciembre de 2021 el Hospital Departamental habría registrado un déficit de $23.778.452.060. ¿Algún candidato a la reelección puede decir algo?
Lo grave es que, este tema tan sensible no lo están tocando los candidatos al Congreso; pero más grave es el silencio de los usuarios que agonizan haciendo fila.
Por: Chucho Martínez