<strong>Cien lecciones de nostalgia</strong>

Para ubicar la época, hay que tomar la ruta del tren imaginario  que nos lleva por el sendero de los recuerdos. Estacionaremos allí, dispuestos a vivir esos maravillosos años que  pintaron de cuerpo entero una envidiable niñez y todos los momentos  felices que pasamos de la mano de padres y maestros.
Sofonías Rodríguez

Para ubicar la época, hay que tomar la ruta del tren imaginario  que nos lleva por el sendero de los recuerdos. Estacionaremos allí, dispuestos a vivir esos maravillosos años que  pintaron de cuerpo entero una envidiable niñez y todos los momentos  felices que pasamos de la mano de padres y maestros. Tiempos inolvidables que si los traemos a la memoria, se ahonda en cada uno de nosotros la pena del pasado.

Entre las tantas cosas que cobran vida cada y cuando nos proponemos entrar en la evocación, está un pequeño libro que se catalogaba por su contenido de pasajes bíblicos como el fundamento en la vida del cristiano, pero además de ser indispensable en el pénsum escolar tenía como ese poder encantador entre los niños que emocionados contaban en familia como inició el  plan de salvación.-

Ahora,  el sólo mirar aquel viejo texto, pequeño, manualito y con imágenes magistralmente logradas   que más parecían la  obra sinigual  de un experto en dibujo a plumilla, imprimía en los alumnos como ese gusto por la materia de religión, porque además de lo que traía en lecciones  ilustradas, eran los profesores quienes  con un particular y agradable método,  inculcaban fácil el amor a Dios.-

Claro que a esos años, maestros y maestras que eran muy estrictos, exigían de sus discípulos las lecciones o exposiciones  a pura memoria  y… ay de aquel que se quede o se ponga a titubear. No sólo era el regaño sino el informe al padre de familia quien todo arreglaba a punta de castigo .-Claro que a decir verdad eran pocos los estudiantes descuidados porque la gran mayoría gustosos cumplían con su deber.-

Es de recordar que  había otro pequeño temor en los niños sobre el estudio de la HISTORIA SAGRADA CIEN LECCIONES, que abarcaba el Antiguo y Nuevo Testamento como etapas básicas en la formación del pueblo de Dios, era la pronunciación y memorización de ciertos nombres,como Malaquías, Habacuc, Jeroboam, Nabucodonosor entre otros.-

Este grato paseo por los campos del pasado constituyen personalmente (así lo experimento), como una  vitamina espiritual para quienes vivimos aquellos años repletos de historia, de anécdotas, de compañerismo. Hoy, graban en el corazón “Cien Lecciones” de nostalgia,

srodriguezmontezuma@hotamil.com

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