Marcela Meza Centeno, destacada deportista, inició su travesía en el mundo deportivo a los 10 años con el básquet, y luego guiada por el profesor Pablo Arteaga ingreso a la escuela de atletismo. Su pasión la llevó a incursionar en deportes hermanos como el ciclismo y triatlón.
Para Marcela los desafíos para deportistas de alto rendimiento son universales, pero para jóvenes, la complejidad se acentúa en lo económico. Afortunadamente, el trabajo de Marcela le brinda la libertad económica para competir donde desee.
En el ciclismo, fundamental para el montañismo, destaca la importancia de la resistencia física y el fortalecimiento. En el triatlón, el entrenamiento diario de 4 horas es esencial. Cada competencia, ya sea correr 5 km o enfrentar crono escaladas, es un desafío que Marcela aborda con determinación.
Las carreras internacionales le han dejado memorias imborrables, desde superar intoxicaciones hasta fracturas en plena competición en Armenia. La vida de un deportista de alto rendimiento es rigurosa, sacrificando tiempo con amigos y salidas sociales.
Los hábitos previos a la competición revelan la ansiedad presente, con la necesidad de visitar el baño y el respeto hacia la naturaleza pidiendo permiso en el lugar de la competencia. Para quienes inician, Marcela aconseja desafiar los límites mentales, más que los físicos.
En resumen, Marcela Meza Centeno no solo es una atleta excepcional, sino también una fuente de inspiración que demuestra que la verdadera fuerza reside en la mente, no en los pies. Su dedicación y superación personal la convierten en un modelo a seguir en el competitivo mundo del deporte de alto rendimiento.
