Unos días  de reflexión

El pasado domingo todos los católicos del mundo entero, celebramos el domingo de Ramos, el comienzo de la Semana Santa, el comienzo de la Semana Mayor.
jorge arturo bravo

El pasado domingo todos los católicos del mundo entero, celebramos el domingo de Ramos, el comienzo de la Semana Santa, el comienzo de la Semana Mayor. Recordábamos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, donde con los gritos de ¡Osana!, ¡Osana!, ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!, Jesús fue aclamado por todo el pueblo, pero lastimosamente, serían los mismos quienes días después clamaron y pidieron, también a gritos, su crucifixión.

Como ellos a los que Jesús llamó fariseos, sepulcros blanqueados, hay muchos en nuestro medio, en todos los estamentos de la sociedad colombiana y nariñense, en unos más que en otros, hoy nos alaban, nos abrazan, nos aclaman, nos dan palmaditas y mañana están pidiendo nuestra cabeza y hasta ponen en tela de juicio nuestro desempeño.

Que estos días Santos, sean días de reflexión, unos días de oración antes que de turismo y carnaval. Que todos dediquemos un tiempo para pensar en nosotros mismos, en nuestra familia, en nuestros amigos, en nuestro trabajo, en nuestros compañeros, también en nuestros enemigos, pero ante todo pensemos y pidamos por la tan anhelada paz colombiana, no obstante el entretenimiento que nos pueda brindar el fútbol profesional colombiano.

Que estas reflexiones sirvan igualmente para un cambio de actitud, que dejemos a la vera del camino, entre los zarzales polvorientos, entre los fríos pavimentos, esas actitudes de arrogancia, de indiferencia y prepotencia; esas actitudes de envidia, y egoísmo, y nos dejemos llevar y guiar por las actitudes de la sencillez y la humildad; de la solidaridad y la comprensión, de la bondad y la generosidad; prometiéndonos ante Cristo Crucificado, ser cada día mejor. Mejor en nuestro trabajo, mejor en nuestra familia, mejor, mejor con todos.

AL MARGEN: En la avenida Panamericana se necesita urgentemente la construcción y señalización de ciclo rutas en ambos lados; pensemos y protejamos la vida de nuestros ciclistas. No más estudiantes universitarios que transitan en bicicleta sigan siendo víctimas de absurdos accidentes por la falta de ciclo rutas. Proteger la vida de los jóvenes es un deber de la alcaldía municipal de Pasto que tanto pregona un gobierno del cambio; pensar de verdad en el bienestar y seguridad de los jóvenes es también cultura ciudadana.

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