El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken y el ministro chino Wang Yi se reunieron para coordinar el encuentro entre los mandatarios de ambas potencias mundiales. «Intercambiaron opiniones sobre temas como la seguridad energética, el cambio climático, cuestiones nucleares de Irán», se aseguró en un comunicado.
Al parecer la independencia de Taiwán será el tema principal de la reunión, puesto que la disputa diplomática sigue sin resolverse. A pesar de que la isla posee autonomía desde 1949, Pekín considera que esta forma parte de su territorio por un tema de herencia cultural. Con respecto a esto, Wang opinó que «la independencia de Tawián es la mayor amenaza para la paz y la estabilidad del estrecho de Taiwán».
VENEZUELA COMO ALIADO ESTRATÉGICO
En el marco de este encuentro surge la duda sobre si ambos presidentes podrían hablar sobre la complicada situación presente en Venezuela. El rechazo de Estados Unidos a la administración Maduro contrasta con el evidente apoyo político y logístico que Xi Jinping ha manifestado desde su investidura.
Venezuela se puede calificar con un estado estratégico, ya que además de disfrutar una ubicación geográfica privilegiada, posee las reservas de petróleo más grandes del mundo. En este contexto, y tomando en cuenta la crisis que ha provocado el mayor éxodo moderno (casi seis millones de migrantes), la democracia del país es una gran preocupación para los Estados Unidos en el ámbito de la seguridad de la región.
El apoyo de Xi a Maduro podría ser un punto a criticar para Biden, considerando el evidente fracaso de la llamada «revolución del siglo 21», la cual ha llevado al país a una crisis sin precedentes. Por esta razón es posible que, si ambos mandatarios quieren mejorar las relaciones entre sus países, la situación de Venezuela puede estar sobre la mesa en sus reuniones.
