El defensor Andrés Román fue uno de los destacados en la victoria 3-1 de Nacional sobre América en Medellín, en la primera final de la Copa Colombia, marcando un golazo.
Román está presente en todas las áreas del campo. Como lateral, se proyecta al ataque y, cuando lo hace, multiplica su influencia, siempre creando peligro. Es uno de los mejores futbolistas de Colombia y pide más oportunidades en la Selección. Cada vez que sube al ataque, algo sucede.
El bogotano de 29 años también se ha acostumbrado a marcar golazos. Ante Santa Fe, sorprendió con un remate espectacular desde la entrada del área, ¡imparable! Frente a los escarlatas, igualó el marcador con un potente derechazo al segundo palo.
En modo interior
Su conexión con el extremo Marino Hinestroza en el costado derecho es una de las más efectivas del fútbol colombiano. Se entienden a la perfección en los movimientos de entrada y salida, desajustando a los rivales. Aunque Andrés suele ser profundo, cuando se mete al centro desestabiliza a los defensores y deja todo el espacio para que el juvenil se desplace por la banda y centre al delantero.
Por la derecha, Nacional es imparable. Siempre hay opciones de pase en esa zona. Edwin Cardona anticipó la subida de Román y le dio la asistencia. Con velocidad, técnica y definición, Román anotó el 1-1.
¡También de nueve!
Román tiene un gran sentido del momento del partido y sabe cómo aparecer en el área. Sus movimientos descolocan a los defensores, quienes, confundidos, le dejan espacio. En la final de ida, se metió como delantero, quedando frente al arquero Jorge Soto. Aunque su remate fue débil en ese mano a mano, dejó claro su olfato goleador.
“Soy un jugador más, entro en el funcionamiento del equipo, es suerte para mí que me estén quedando oportunidades para marcar, pero es un trabajo colectivo”, dijo al finalizar el partido.
La ventaja en la final favorece a los verdolagas. Sin embargo, el lateral se muestra cauteloso.
“Vamos a Cali a proponer y sacar el resultado, nosotros estamos en un cero a cero”, concluyó.
