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Cada 13 de octubre se conmemora el Día Mundial de los Cuidados Paliativos. Los cuidados paliativos son un paquete completo de atención médica dirigido a aliviar el sufrimiento de una persona con una enfermedad grave.
El objetivo de la ayuda humanitaria es salvar vidas pero también aliviar el sufrimiento y es por ello que este año el lema es “Porque yo importo. Si yo importo, ¿por qué no recibo la atención que necesito?”.
Estas palabras, mencionadas por la doctora Cicely Saunders y quien es considerada la madre de los cuidados paliativos.
Desde la Fundación New Health se planteó innovar en modelos de salud de atención integrada y dado que era en la etapa final donde se constataba un mayor sufrimiento, una peor atención y a un coste excesivo, que hacían insostenibles nuestros sistemas de salud.
Estos cuidados paliativos intentar que el paciente aprenda a manejar los síntomas de su enfermedad y tratamiento, para así evitar dolor.
Además, es un enlace positivo entre el paciente y su entorno con el equipo médico que lo trata.
Ayuda a establecer puntos de partida y de llegada sobre las intenciones del paciente en lo relativo al tratamiento o su vida.
En el caso de los pacientes terminales, es importante la ayuda psicológica tanto al enfermo como a sus familiares y amigos.
Es importante que el equipo médico tenga una buena relación con el paciente para que el efecto de los cuidados paliativos sean más efectivos.
Normalmente, los cuidados paliativos se realizan a las personas con cáncer, sobre todo, cuando la enfermedad está más avanzada y las consecuencias pueden ser peores.
Aunque hay otras enfermedades que también cuentan con este tratamiento. Este es el caso del VIH, sida, Alzheimer, enfermedades renales, cardíacas o pulmonares terminales, u otras enfermedades neurológicas o de inmunodeficiencia.
Según la enfermedad que se padezca, se puede centrar el cuidado paliativo en unos síntomas u otros.
Normalmente, se pretende controlar la ansiedad, la depresión, el dolor, la fatiga, el insomnio, la diarrea, las nauseas e, incluso, la anorexia.
También existen cuidados en temas sociales, como el pensamiento del paciente y la familia sobre la enfermedad, y psicológicos, para afrontar las posibles consecuencias de la enfermedad, entre ellas, la muerte del paciente.