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Hoy se cumple un mes en el cual un incendio en los calabozos del CAI de San Mateo dejó como saldo nueve privados de libertad fallecidos, a raíz de las quemaduras recibidas en su cuerpo, mientras que otros dos siguen luchando por su vida en el Hospital Simón Bolívar de Bogotá.
Quienes hoy se han vuelto en las personas claves para con su declaración, para así revelar -realmente- las causas que originaron esta tragedia el pasado 4 de septiembre en la carrera 6 este con calle 30A Bis de Soacha.
Justicia
Desde el parque de Soacha, el Diario Extra conversó con parte de las familias de los nuevos fallecidos, quienes se identificaron como Alejandra Bermúdez, Alejandra Caicedo, Flor Marina Tibuaque, Lucely Tovar, Jorge Silva y Angélica Galindo.
En medio del dolor que aún los embarga, manifestaron que hasta hoy, ni la Fiscalía, ni otro ente del estado los han citado para informales de cómo van las investigaciones sobre esta tragedia, en la cual sus familiares murieron quemados dentro de estos calabozos.
En los que, por cierto, aparte que estaban hacinados, en condiciones infrahumanas y presuntamente víctimas constantes de maltratos, no les dicen nada. "Es como si no hubiera pasado nada, es decir, los que murieron no tenían derechos, no eran seres humanos, no merecían otra oportunidad de la vida", dijeron.
Los dejaron morir
Alejandra Caicedo, hermana de Cristian Alberto Rincón Caicedo, una de las víctimas, dijo que ese 4 de septiembre, cuando se desató el incendio en los calabozos, presuntamente los mismos Policías dejaron que los presos se quemaran hasta al máximo, nadie hizo algo para evitar que las llamas los consumieran a todos.
"Tenemos videos de ese día, es más, hay una parte cuando se ve como uno de los Policías lanza un químico dentro del calabozo y luego se desata con más fuerza el incendio, ellos se reían y no hacían nada para apagarlo o tratar de sacar a nuestros familiares", dijo.
¡Que se mueran esas gonorreas!
Por su parte, la señora Flora María Tibuaque, madre de Anderson Stiven Méndez, dijo que cuando ellos fueron a la visita de ese día, los policías les dijeron que no había visita. Estaban castigados por haberse portado mal.
"Cuando se desató el incendio en los calabozos, nosotros les gritábamos que los ayudaran, allí en medio de mi desesperación, uno de esos policías nos gritó: ¡Que se mueran esas gonorreas!", agregó.
Maltratos
Las familias denunciaron que presuntamente los privados de libertad siempre fueron víctimas de maltratos, golpizas, psicoterror y hasta les quitaban las comidas que ellos con mucho sacrificio les llevaban, alegando que el Inpec los alimentaba bien.
"Nos contaban que los policías agarraban los alimentos y se las comían delante de ellos, como para causarles más rabia e indignación", dijeron los familiares, quienes hoy tienen sed de justicia.
Supervivientes
Entre las víctimas de esta tragedia están: Bernardo Pineda Gaviria, Anderson Méndez, Cristian Rincón,Yeison Conte y Óscar Galindo. Y los supervivientes Nelson Gómez y Maicol Galindo, ellos sigue aún con vida en el Hospital Simón Bolívar, convirtiéndose en los testigos principales de esta tragedia y quienes narrarán la verdad de lo allí ocurrido.
Al respecto, Angélica Galindo, dijo que no han podido hablar con él, solo una video llamada, "Los tienen como aislados y custodiados, para que no hablen con nadie, sabemos que ellos van a decir la verdad de lo que pasó", dijo Angélica.
Fernán Hernández - Redacción Extra Bogotá