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Son muchas las causas que han originado el calentamiento global, tema de palpitante actualidad y preocupación de gobernantes, ambientalistas, biólogos, ecologistas y en especial de nuestros campesinos que viven en carne propia los cambios en las cuatro estaciones anuales, que tienen mucho que ver con las siembras de sus cultivos, el cuidado esmerado con las caídas normales del agua lluvia a sus parcelas y lograr cosechar sus productos, que garanticen la inversión de su trabajo, los gastos de sus insumos agrícolas, los fertilizantes, los abonos, la compra de empaques y los fletes del transporte a las plazas de mercado de las ciudades y pueblos.
Ya es hora que desde nuestros hogares y en especial desde las aulas escolares, empecemos a concientizar a nuestros hijos y estudiantes, para que las generaciones presentes y futuras, se encarguen de implementar medidas, tendientes a evitar que nuestro planeta sufra de incendios forestales, debido al intenso verano; la desmedida ola invernal que azota al país sin clemencia, con un gran balance de muertos, desaparecidos y heridos, como también las grandes pérdidas de los cultivos, cuyas avalanchas han destruido muchas viviendas.
Muchos estudios científicos han comprobado el mal uso de los recursos naturales por parte del hombre, como la tala indiscriminada de bosques hasta las zonas de los páramos, para la siembra de cultivos ilícitos. La presencia de la minería ilegal al extraer grandes cantidades de tierra y el verter cianuro y mercurio a los ríos y quebradas, acabando con la producción piscícola y afectando la salud de sus pobladores ribereños. Las fuertes heladas en la exprovincia de Obando y para rematar, los grandes atentados guerrilleros a los oleoductos, que dejan sin agua potable a nuestras grandes ciudades, poblaciones y veredas.
Todo lo anterior, ha incidido en el efecto invernadero, con la frecuente presencia de sequías, grandes olas de calor, la provocación de graves inundaciones y crecientes súbitas de quebradas y ríos; la contaminación del aire por los altos hornos de las industrias y la falta de la revisión técnica de gases de los vehículos. El pésimo manejo de las basuras, que debe empezar desde nuestros hogares de los residuos sólidos y que es necesario, que aprendamos a reciclar.
Que ojalá, el Ministerio del Medio Ambiento, las Secretarías de Planeación Departamental y Municipales, apliquen la normatividad para extender las licencias de construcción tanto en el sector urbano como en el rural. Que las curadurías con sus funcionarios inspecciones el real cumplimiento legal vigente, con la aplicación de las normas sismorresistentes, que aminorarían el dolor de las desgracias que Colombia ha sufrido en estos días de noviembre.
Para finalizar, hagamos memoria que muchos países que son potencias en el Mundo, se reunieron para suscribir hace cinco años, El Acuerdo de París, tomando las directrices de cuidar el medio ambiente, de contribuir con campañas de alertas tempranas, para evitar el calentamiento global y Colombia debe aplicarlas desde ya. Los seres humanos estamos obligados a conservar lo que Dios nos regaló, nuestro hermoso planeta Tierra, que es nuestra gran fuente de vida.
Por: Jorge Enrique Tello Chávez