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Ismael Botina popular maestro Buchón, conoce al astrónomo pastuso Alberto Quijano Vodniza desde que era así de chiquitico, y mientras sus compañeritos de escuela jugaban fútbol en las calles del barrio El Prado, Albertico se la pasaba en la terraza de su casa viendo las estrellas. Siempre soñó con ser lo que hoy es. Estudió física y matemática pura y se dedicó a estudiar el universo, por eso es el director vitalicio del observatorio de la Universidad de Nariño.
Hijo del gran maestro del derecho, la filosofía e historia, Alberto Quijano Guerrero, quien sin ir a la universidad fue doctor “honoris causa”, y llegó a ser rector de la Universidad de Nariño.
Volviendo al chiquillo dentro de su espíritu soñador, se propuso dejar para bien de las nuevas generaciones un centro de ciencias, donde el pueblo soberano pueda escuchar conferencias sobre temas científicos y allí instalar un observatorio gigante, con un telescopio de un metro de diámetro, para ver las estrellas y el más allá del universo. Llamado “Observatorio del Centenario”.
Ese sueño fue presentado al gobernador Antonio Navarro -hace 15 años- quien sin dudarlo dos veces le dijo “tato hecho”, y metieron el proyecto en el baúl de las regalías.
Luego vino el Gran Raúl -gobernador- quien también le dejó aumentando recursos para estudios y diseños. Llegó el gobernador Camilo Romero, quien dijo que ese proyecto lo que necesitaba era plata y le dejó en regalías 21 mil millones de pesos guardados. Ahora el actual gobernador John Rojas manifiesta que el proyecto es una maravilla y le encimó otra plata. Y para completar el sueño, el alcalde Harold Guerrero López, le dijo… “ahí está el lote, dos hectáreas en la loma del Centenario, desde donde se divisa la ciudad”.
Con todas estas buenas intenciones, el científico Quijano Vodniza se ve encantado, pero advierte que ese cúmulo de buenas intenciones se está quedando en el papel. Cada vez que hay reuniones pareciera que ya se va iniciar el proyecto. Han pasado 15 años y de aquello nada.
El proyecto es bellísimo, tiene una sala enorme de conferencias y al lado dos observatorios, uno para los científicos profesionales y otro para el pueblo soberano, que poco entiende de ese mundo de las constelaciones.
El Buchón le preguntó: “¿maestro, cree Ud. que sí va estar vivo para ver el observatorio astronómico funcionando…? Y responde poco creo, pero sigo soñando. Tengo 74 años.
Y que ojalá sea pronto, porque en Colombia las obras son eternas. La carrera 27 lleva 20 años y no la terminan. La vía Barbacoas, igual.
Mientras el hombre sigue embelesado en buscar planetas, asteroides, constelaciones, pasarán los años y pueda que algún día se haga realidad ese sueño.
Yo creo que en un año estará terminado…. Pero será un año luz…
El astrónomo Quijano Vodniza pide que si algún día inauguran la obra no se olviden de colocar una plaquita a su nombre.
Por: Manuel Eraso
Comentarios
Muchas gracias al maestro