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La Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, Acolfutpro, anunció el cese de actividades de sus asociados, tanto de la A y la B, con la realización de un paro indefinido, afectando el normal desarrollo de la recta final de los compromisos a jugarse en ésta, la última etapa del año.
Esta asociación expuso en un extenso oficio enviado el 11 de septiembre al doctor Jorge Enrique Vélez, presidente de la División Mayor del Fútbol Colombiano, Dimayor, solicitándole la mejora de las condiciones labores de sus jugadores profesionales. El dignatario, en respuesta del primero de octubre le manifestó que su entidad no era la competente para dirimir y atender las peticiones de los futbolistas de los distintos equipos profesionales y que el resorte en subsanar dicha problemática, les correspondía a los directivos de los equipos, directos responsables de sus contrataciones.
Entre las pretensiones de la agremiación para mejorar las relaciones laborales están las siguientes: el calendario de competiciones. Los horarios de los partidos. Mayor protección en el trabajo. Moderar el régimen disciplinario. La minuta única de contrato de trabajo. Erradicar la discriminación y el acoso laboral a las jugadoras de fútbol. Resolver los problemas del campeonato de fútbol femenino en Colombia.
Todos estos puntos se deberán tratar y tener muy en cuenta el 30 y 31 de octubre, cuando se llevará a cabo la asamblea de clubes afiliados a la Dimayor, en donde sus treinta y seis presidentes de los equipos afiliados estudiarán esta temática y de cuyas determinaciones se espera luz verde para que se normalice la finalización del campeonato de fútbol en las categorías A y en la B.
Por lo general, el manejo de los contratos con los jugadores y también con los directores técnicos, siempre se han sido un tabú. Porque tanto la parte dirigencial infla sus montos y el jugador que lo recibe acepta estas pésimas maniobras, perjudicándose enormemente, porque sus ingresos no son reales. Que afectarán a las partes ante la Dirección de Impuestos Nacionales, Dian. Su incumplimiento los ha llevado a librar extenuantes litigios engorrosos en los estrados judiciales y eso no es obrar con honradez, ética y transparencia profesional.
Muchos periodistas deportivos que han investigado a profundidad estos escabrosos temas han llegado a la conclusión de que no están de acuerdo con esta clase de pretensiones y reclamos. Porque el futbolista colombiano está bien remunerado, con grandes sueldos; salud preventiva y profesional; premios por la obtención de los puntos en los partidos disputados; prerrogativas educativas para ellos y sus hijos; la asignación de vehículos para su movilización; excelente alojamiento y alimentación en hoteles cinco estrellas. Existe mano negra porque muchos jugadores y técnicos decaen en su rendimiento, no sudan la camiseta, lo dejan a la deriva y presentan jugosas demandas en contra de sus equipos.
Por: Jorge Enrique Tello Chávez