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Ismael Botina popular maestro Buchón, recuerda sus tiempos de niño cuando estudiada en la escuela de vereda, solo había una maestra para cuarenta niños y se daba sus formas para dictar clases en un mismo salón, con todos los escueleros revueltos.
Le enseñaban de todo, desde aritmética hasta cívica y con un estilo para memorizar toda la vida, por ejemplo: Simón Bolívar, nació en Caracas, en un potrero lleno de vacas, las vacas tienen panza, librillo y cuajar, sobre anatomía siempre enseñaron que el hombre tiene intestino grueso e intestino delgado.
Con el paso de la vida esos conceptos se mantienen, pero con algunos cambios. Para el caso de Nariño, nunca hubiésemos soñado que llegaríamos a tener dos clases de gasolina: gruesa y delgada. Una que se vende desde el primero hasta el veinte y es la gasolina delgada, porque tiene subsidio; pero, de ahí en adelante se acaba y aparece la gruesa, más cara porque no tiene el subsidio.
Cada vez que estamos en las campañas electoras, los candidatos se rasgan las vestiduras y salen a echar peroratas, diciendo…” en mi gobierno, no permitiré que el cartel de la gasolina se aproveche del pueblo soberano, vendiendo gasolina gruesa y cara… al contrario, mediante decreto municipal rebajaré los precios”.
Todos hablamos, todos opinamos del cartel de la gasolina, lo malo es que nadie dice quienes lo conforman, ni cómo funciona realmente, nadie hace nada para corregirlo. Maestro Buchón, defiende a los propietarios de estaciones de servicio, porque ellos son unos angelitos y mal harían en untarse la mano con esa clase de negocios sucios.
Desde el 20 de cada mes, comienzan las bellas colas de carros a la espera de gasolina delgada y de un momento a otro aparece la cartulina: gasolina gruesa, a precio nacional. Dicen las malas lenguas que el negocio está en dejar la gasolina subsidiada en el Valle y en el Cauca y que a Nariño llega poquita. Todos sabios en detectar el problema, pero, ninguno le encuentra solución.
El gobierno en una de estas se cansa de tanta indisciplina y acaba con la gallina de los huevos de oro y quedaremos con la gasolina más cara del país, porque estamos en la punta de Santa Helena y traer combustibles desde Jumbo es más costoso que otras regiones.
La Secretaría de Gobierno de Pasto tiene creada una frondosa burocracia para vigilar las estaciones de servicio, más de cuarenta jóvenes que se la pasan con sus chalecos dando vueltas tratando de vigilar, esto no da ningún efecto. Desde el Congreso, el vocero del Partido Liberal Guillermo García- Chiquito, denunció la existencia del cartel, otro anuncio que no deja de ser simple retórica; y el pueblo soberano, cada vez más conforme, acostumbrándose a comprar gasolina gruesa sin rezongar.
Estos datos: mensualmente son once millones de galones subsidiados desde el año 2016, pero, cada día en Pasto, se matriculan 30 motos y diez carros nuevos. ¡Voto por el que rebaje…!
Manuel Eraso
viejomanolo1@hotmail.com