Para ver más noticias escalofriantes ingrese AQUÍ
De nuevo, ante el incesante clamor y protestas de la ciudadanía de Pasto, debemos tocar el sensible tema de las continuas deficiencias de la empresa de Servicio Público de Alumbrado, Sepal.
La triste realidad que hoy vivimos es una ciudad cuyas calles en las noches presentan un lóbrego y siniestro aspecto invadidas por las tinieblas y las sombras, de acuerdo con lo que denuncian los representantes de diferentes sectores sociales, quienes se encuentran alarmados ante la oscuridad que se evidencia en gran parte de la capital nariñense.
Aunque todos sabemos que los antecedentes de Sepal en lo que tiene que ver con la prestación del servicio que es la base de su existencia, que es el de garantizar un óptimo alumbrado no han sido precisamente los mejores, creemos que no puede ser peor el momento para que se registren estas delicadas anomalías en medio de la pandemia de Covid-19, causante de una histórica crisis económica, que a su vez ha generado un desmesurado aumento de la inseguridad.
Esto no lo decimos nosotros sino personas como el presidente de la Asociación de Taxistas de Pasto, Alberto Lombana, quien señaló que la oscuridad que reina en diversos sectores de las comunas Ocho, Diez y Doce, así como en los corregimientos de Obonuco, Jongovito y Catambuco, son la causa para que en las mencionadas zonas se hayan disparado toda clase de actividades delincuenciales como los atracos y el microtráfico de sustancias alucinógenas.
Se refiere el representante de los taxistas a una situación altamente preocupante, al señalar que el prestar el servicio de transporte a los sectores anteriormente mencionados, que incluyen los barrios Nuevo Horizonte, Juan XXIII, La Esperanza, El Polvorín, Cujacal, Río Blanco, la Vuelta Negra, San Albano y Pandiaco, entre otros, se constituye en una invitación a convertirse en víctimas de robos y atracos.
Respecto a Pandiaco y sus sectores aledaños tenemos que denunciar que la zona de Torobajo permanece en tinieblas, así como la avenida que de este sector conduce a Briceño. En ese sentido de nada han valido los contantes llamados que hace la comunidad a la gerente de Sepal, Maritza Rosero, en busca de una solución a esta problemática.
Sin duda la situación es de extrema gravedad, puesto que en estos instantes se habla de más de 80 zonas de Pasto donde el servicio de alumbrado público que debería estar prestando Sepal es pésimo, por no decir nulo, lo que va en directo detrimento de la calidad de vida de los moradores de nuestra ciudad.
Al escuchar las angustiadas quejas de los líderes y dirigentes comunales, algunos de los cuales denuncian que la deficiente prestación del servicio se remonta a 4 años atrás, como ocurre en el barrio Obrero, no queda otra alternativa que preguntarse cuál es el papel que está desempeñando Sepal por el progreso de la ciudad.
Recordamos cómo hace algún tiempo la señora gerente de Sepal expuso un informe color rosa en el Concejo local, en el que la impresión que quedó es que las calles de Pasto están más iluminadas que las de Las Vegas. Tan espectacular reporte se quedó en el oído de los concejales, mientras que en las calles los atracadores hacen y deshacen en medio de la oscuridad.