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Ya estamos en el mes de las clásicas promesas y de las cosas raras que nos gusta hacer, como los agüeros de darle una vuelta a la manzana con una maleta o meternos lentejas a los bolsillos.
Esta es una época en que acostumbramos a hacer un balance de cómo nos fue durante el año. Si de las promesas que siempre hacemos con cada una de las uvas que nos comemos el 31 de diciembre cuántas hemos cumplido.
Entre las que nos causan placer pero queremos sacrificar, aunque a la hora de la verdad no hacemos realidad, está dejar de comer lo que más nos gusta para bajar de peso.
Sin embargo, no solo basta decir que se va a seguir una dieta rigurosa para perder algunos kilos sino complementarla con una rutina de ejercicios. Para ello se inscriben en un gimnasio en enero, pero a los tres meses lo abandonan porque eso les producía mucho cansancio.
A los que les gusta el licor también se les olvida esa promesa que hacen cada medianoche del 31 de diciembre de no volver a tomar una copa más de bebidas alcohólicas, o por lo menos a lo ‘desgualetado’. Sin embargo la gran presión de los amigos hace que esa decisión se vaya aplazando para otra ocasión.
¿A quién no le gustaría gastar menos y ahorrar más? Muchos lo intentan, pero pocos lo consiguen. Ahí también juegan un papel muy importante los amigos, porque nos tildarían de tacaños.
Pero muchas de ellas no se pudieron cumplir porque por la cuarentena que nos mantuvo encerrados en nuestras casas los gimnasios no abrieron sus puertas, lo mismo que los bares. Además tuvimos que echar mano de nuestros ahorros porque nos quedamos sin trabajo y teníamos que sobrevivir de alguna manera.
Fumar siempre será considerado un mal hábito, especialmente si es parte de tu rutina diaria. Ya sea justo después del almuerzo en la oficina o al salir a tomar con amigos, por lo cual a muchas personas les cuesta mucho dejar el cigarrillo.
En una frase que leí por ahí se resume esa costumbre que tenemos de hacer promesas que nunca vamos a cumplir: “Mi meta para 2020 es cumplir los objetivos de 2019 que debería haber cumplido en 2018, que prometí en 2017 y planifiqué en 2016”.
Así como vamos con esta pandemia mejor no prometamos nada para el próximo año y dejemos que las cosas se vayan dando.
Por: Edgar Enríquez.