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En la semana pasada murió en México uno de los íconos de la canción latinoamericana, particularmente su majestad el bolero. Nació en el sur de Chile en agosto de 1928 quien nos hizo soñar a varias generaciones del continente. A la que yo pertenezco, fueron sus canciones con las que sublimábamos nuestros primeros pasos en el amor, por allá en los emblemáticos sesentas. Como no vamos a evocar canciones como El reloj, Quizás quizás quizás, Contigo en la distancia, Perfidia y tantas otras que hacían entornar los ojos a nuestras enamoradas.
Evocando la memoria de Lucho Gatica, lo hacemos de toda una época en que se nos aparecen mágicamente figuras contemporáneas al “Rey del bolero” como Elvis Presley, Nat King Cole en el campo de los boleros. Muchas canciones que cantaba Cole con un exquisito acento gringo, las interpretaba Gatica y no se puede evocar a uno de los dos sin hacerlos con el otro.
Lucho Gatica tenía pasados noventa años a la hora que su reloj no le dio gusto de, “…no marque las horas, porque mi vida se acaba…” desde 1957 se fue para Méjico donde desarrolló su carrera artística sin dejar de visitar a toda América Latina país por país. Pero terció con otras figuras que perduran en nuestras memorias como Frank Sinatra.
Lucho Gatica cantaba con una especial técnica vocal que al oírlo más parecía un susurro que salía de lo más profundo de su alma. Un cantante de boleros quiso adoptar su manera de interpretación aquí en Colombia que se llamó Alberto Granados y quien también marcó una época del bolero, naturalmente sin la universalidad de Gatica. Como dejar de mencionar a una figura internacional también contemporánea, intérprete de los más lindos boleros, pero ante todo de la canción venezolana como Ansiedad, Perfidia, Di, Lloraste amor etc. creo que ya adivinan quien es: Claro, nada menos que Alfredo Sadel y amigo de Gatica.
No podíamos dejar de hacer ésta digresión en nuestra temática habitual para rendir un sencillo homenaje a quien alentó nuestros sueños de adolescencia y juventud y que aún hoy nos hace vibrar al recordadlos.
Carlos Álvarez.