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Lamentable desde todo punto de vista el episodio que se acaba de presentar en el municipio de San Pablo, norte de Nariño, con el intento de asesinato de la registradora del Estado Civil, Carol Mabel Coral Moreno, a quien un hombre le propinó 4 balazos en el rostro.
Nos referimos a un episodio aterrador que nos alarma en esta temporada de diciembre atípica a consecuencia del Covid-19, que nos muestra una violencia fría y despiadada. ¿Qué otra cosa se puede pensar de una persona que llega hasta la oficina de su víctima, en la sede de la Registraduría Nacional del Estado Civil, y le dispara una y otra vez con un total desprecio por la vida humana.
No en vano la comunidad del municipio de San Pablo, del departamento de Nariño y de Colombia en general, se encuentra conmocionada por este atentado criminal perpetrado en pleno municipio.
Nos parece que fue un verdadero milagro el que la funcionaria haya sobrevivido a una agresión tan salvaje y brutal, pero lo cierto es que los autores intelectuales y materiales de este atentado no lograron su nefasto cometido de segarle la vida a la registradora.
Pensamos que este reprochable hecho tiene que hacer el papel de campanada de alerta para que las autoridades en nuestro departamento de Nariño no bajen la guardia en lo que tiene que ver con la vigilancia y control en los diferentes municipios.
Por el momento desconocemos las causas o móviles del intento de asesinato de la registradora del Estado Civil de San Pablo, puesto que las investigaciones se llevan a cabo en medio de un total hermetismo, con el fin de no entorpecer este proceso mediante el cual se busca identificar y capturar a los responsables de esos grandes instantes de pánico que se vivieron en el municipio, lo que esperamos ocurra cuanto antes.
Pero lo que sí sabemos con certeza es que este diciembre que estamos viviendo siempre tiene dos facetas contrarias. Por un lado es el mes más alegre de todos, lo que se debe a la magía de la Navidad y el fin de año.
Pero a la vez también es el mes más peligroso de todos los años, por culpa de la ofensiva de la delincuencia que en estos días redobla sus actividades ilícitas en directo perjuicio para la ciudadanía.
Esperamos resultados en las investigaciones que se llevan a cabo por el atentado en contra de la registradora municipal y también confiamos en que un hecho de estas características no se repetirá en estos días postreros de este convulsionado 2020.
Lo que nos asusta es que haya personas infames, carentes de sentimientos, quienes por esa razón no sienten ningún remordimiento de llegar hasta la oficina de una mujer indefensa e intentar matarla a balazos, como acaba de ocurrir en las últimas horas en nuestro departamento.
Esas personas y muchas otras andan libres, quizá preparando sus próximos crímenes y eso es lo que nos alarma sobremanera. De allí el llamado que hoy hacemos a nuestras autoridades para que sus tradicionales operativos de Navidad, en desarrollo de los cuales se redobla personal y esfuerzo, nos cobijen con su protección en esta época tan especial por la que estamos atravesando.