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Lo que convierte en personas a los seres que habitan en el planeta tierra va mucho más allá de nacer y tener una figura determinada. Y lo anterior es tan cierto que en nuestra especie no son escasos aquellos que inician guerras, asesinan a civiles, mujeres y niños que asisten a funerales, que violan a infantes de modo descarnado, o simplemente aquellos que esquilman el erario nacional basados en sus intereses egoístas. Si se une la calumnia y animadversión hacia el vecino o el supuesto amigo, el panorama deja en entredicho a este ser imperfecto.
Por ello, definir lo humano inicia en una concepción sobre los derechos y deberes que posee toda la especie en este convulsionado mundo. Lo fundamental es que, racionalmente, sabemos que hemos nacido para ser felices y prestarnos la máxima solidaridad con el fin de construir sociedades de bien-estar con gente de bien-ser.
Y así como la protección a la población es el principal objetivo que se intenta lograr en gobiernos que priorizan lo humano como la fuente del desarrollo sustentable, existe un área importante que se refiere a los animales como un sector que convive y pervive en esta tierra, aportando su propia vida y también la compañía o defensa que se requiere para sobrevivir, especialmente en territorios donde transitar día a día es de dificultad extrema.
De allí que diversas organizaciones que protegen a los animales deben ser vistas en una dimensión de compromiso social pues, además de exponer un derecho a respetar en compañía de otros seres vivientes, proponen a aquel que se considera humano un apoyo real en este campo.
Coherente con lo anterior, es de destacar en Pasto que la Fundación Fénix Colombia en alianza con la Fundación Red Protectores de Animales y el programa de TV, Hacia Delante Nariño, ofrecerá el Primer Concierto de Solidaridad este 19 de noviembre a través de un creativo programa musical. El objetivo fundamental es ayudar a dos tipos de poblaciones vulnerables: a los niños y los animales en condición de calle de San Juan de Pasto, a través de la recepción en donaciones de juguetes, alimentos no perecederos y concentrados para caninos y felinos, los que se entregarán en el mes de diciembre a la población infantil y para el caso de los animales se suministrará en los diferentes dispensadores de comida denominados Come Dog.
Parece importante que todos los emprendimientos proactivos para hacer de la ciudad capital y su pueblo una plenitud de calidad y calidez sean bienvenidos plenamente. En este sentido, es deber de la ciudadanía, en tanto sujetos de derechos, consolidar una cultura de consideración a todo ser vivo, incluidos todos los animales diferentes a nuestra especie. Lo trascendental de este comportamiento es que abre puertas para el cariño que son la herramienta básica para la comprensión humana.
Cada paso que demos hacia el respeto al otro, sea en un mínima o máxima expresión, es símbolo que este mundo avanza hacia su destino pleno: la humanización como meta sostenible por siempre.
Carlos Santa María.