Hace dos semanas el presidente del Senado Diego Gómez envió una nota al correspondiente de la Asamblea Nacional Venezolana Jorge Rodríguez, aprobada por unanimidad, para nombrar una comisión bilateral que adelante gestiones para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, consulares y comerciales entre los dos países rotas desde 2019.
Esta iniciativa del legislativo colombiano tuvo la mejor acogida en la Asamblea Nacional y de parte del presidente Maduro.
Es hora de actuar consecuentemente y dejar la presión anti Venezuela cuya sombra del “castro chavismo” inventada por Uribe y su partido de extrema derecha para ganar elecciones, como en efecto le funcionó para elegir a Duque. (En El Perú intentaron la misma escaramuza, pero allá eligieron con madurez. Cada vez América Latina avanza en su independencia política). “Respetando la vida política, las ideas, el bagaje ideológico de quienes gobiernan en cada país”, dijo Maduro acogiendo la propuesta del senado.
Es apenas lógico que es hora de darnos cuenta de los grandes perjuicios que ha acarreado a los colombianos dejarnos arrastrar por embelecos totalmente anti históricos. El ejemplo más reciente: Estados Unidos negociando con los talibanes, porque Asia Central es vital para sus intereses. Nosotros todavía en cacería de brujas, con el resultado de haber elegido un gobierno nefasto.
El comercio bilateral hacia Venezuela había alcanzado 7mil millones de dólares. Por eso los primeros que han apoyado la idea del Senado son los industriales grandes, medianos y pequeños quienes vieron de repente cortadas sus exportaciones con perjuicio para el empleo del país.
La cifra anterior era apenas superada por las exportaciones a Estados Unidos, o sea Venezuela era nuestro segundo socio comercial.
Hoy varios países de Iberoamérica tienen intenso intercambio con China, incluyendo al metro de Bogotá. Ahí a nadie se le ocurriría hablar del “peligro maoísta”, y el que lo hiciere habrá hecho el oso.
Por: Carlos Álvarez