Decía mi abuelita que: “Tener vivienda no es riqueza, pero no tenerla es señal de pobreza”. ¡Razón tenía ella!
A nivel nacional, el total de hogares sobre los cuales se hace el cálculo del déficit habitacional, excluyendo los hogares que habitan en viviendas étnicas, son 14.060.645. De estos, 5.144.445 se encuentran en déficit habitacional.
Los 5.144.445 de hogares que tienen déficit, es el resultado de sumar el déficit cuantitativo y el cualitativo.
Se entiende por déficit cuantitativo a la diferencia entre el número de hogares a nivel nacional y el número de viviendas existentes. En tanto que el déficit cualitativo, mide las deficiencias no estructurales que tienen las viviendas, para que los hogares puedan vivir dignamente; relacionadas con el suministro de agua, energía, alcantarillado, gas, cubiertas, muros, etc.
En Nariño, de los 437.651 hogares existentes, 80.998 tienen déficit cuantitativo y 186.277 se encuentran con déficit cualitativo. Esto quiere decir que el déficit total es de 267.275 viviendas. En otras palabras, el 61% de los hogares nariñenses están en déficit habitacional.
Como los costos de los materiales y mano de obra están por las nubes, hoy no se está construyendo vivienda de interés social, por cuanto los presupuestos están reventados. Lo más grave, es que de los 1.4 billones requeridos del presupuesto nacional para otorgar subsidios de vivienda en el programa Mi casa ya para el próximo año, solo se han presupuestado $664.000 millones, reduciendo a menos del 50% el presupuesto necesario para otorgar 60 mil subsidios en el año 2022.
Este recorte presupuestal alejará aún más el sueño de miles de hogares colombianos de acceder a un techo propio. Adicionalmente se incrementará el desempleo, ya que del millón 500 mil empleos que genera la construcción, estos se verán reducidos al 50%.
El Gobierno Nacional y nuestros parlamentarios tienen la obligación de repensar este tema, por cuanto no pueden castigar de esta forma a los hogares que con mayor urgencia reclaman del estado la posibilidad de acceder a un techo digno para superar la barrera de la pobreza.
POR: VICTOR RIVAS MARTINEZ.
