La victoria del Deportivo Pasto en la última fecha del rentado nacional es un bálsamo en medio de tantas dificultades que se presentaron en la semana anterior y que de alguna manera puso en entredicho la participación de la plantilla profesional en este encuentro.
Toda esta situación es fruto de años de una desorganización que tuvo su punto álgido en estos últimos años en donde algunos resultados positivos, como el subcampeonato en el 2019 y la posterior participación en la Copa Sudamericana en la cual no se tuvo protagonismo, no permitían ver las grandes dificultades por las cuales pasa el cuadro nariñense.
Es tiempo de tomar decisiones radicales y contundentes que permitan salir de una vez por todas de las dificultades que se tienen tanto en el tema administrativo como deportivo. Y una de ellas es cambiar el modelo que tiene el cuadro nariñense.
Una de las alternativas es la sociedad anónima, figura que se adoptó para el fútbol colombiano en el 2011 luego de que, en una situación similar, Era 9 de abril y se jugaba la décima fecha del campeonato del Fútbol Profesional Colombiano. Millonarios recibía a Deportes Quindío en el Campín y no tuvo piedad del equipo de la ciudad de Armenia, que sufrió una goleada de 5 a 0.
En efecto, el Quindío había presentado una nómina de jugadores de las divisiones inferiores que no pasaban de los 17 años. Los jugadores del plantel de primera división decidieron no presentarse al partido como protesta por los sueldos de tres meses que les debía el equipo, algo que se pudo haber presentado el domingo anterior, pero que se pudo subsanar con anterioridad y para fortuna de los hinchas se consiguió una victoria ante el mismo rival que tuvo que padecer este hecho en el 2011.
Este episodio del fútbol colombiano es evidencia de la crisis financiera del 2011, que obligó a algunos clubes a declarar una situación de crisis económica. Las deudas de los clubes profesionales en cuanto a salarios, seguridad social e impuestos, además de la baja asistencia a los partidos, derivaron en la inminente crisis del balompié nacional en esos años.
En ese sentido, se llevó a debate un proyecto que buscaba agilizar el proceso de transformación de los equipos de fútbol de corporaciones sin ánimo de lucro a sociedades anónimas. Con ello se esperaba que los clubes tuviesen la oportunidad de encontrar el capital requerido para pagar sus deudas y garantizar su funcionamiento.
Ahora espero que los socios se pongan la mano en el corazón y de una vez por todas vislumbren el mejor camino para el Deportivo Pasto, que es una de las insignias de la región y de la cual nos debemos sentir orgullosos.
Por: Manuel Antonio Rosero Trejo