Con este nombre se denominó el fin de semana pasado la mega operación ordenada por la Fiscalía del Ecuador, sin antecedentes en la hermana República. El título lo duce todo: se trata de un cáncer que invadió a los medios judiciales, jueces, fiscales, policías de alta graduación, abogados y toda clase de funcionarios, empezando por el presidente del Consejo de la judicatura, abogado Teran que, si bien no imparte justicia, es la cabeza de la parte administrativa de todo el sistema judicial ecuatoriano, muy parecido a nuestra institución de igual denominación en Colombia.
Hubo muchos allanamientos, capturados como el anterior personaje mencionado, hasta generales de la institucionalidad del Ecuador.
Concretamente se trata de una operación que reúne las características de las organizaciones vinculadas al narcotráfico y justamente el término del título de este articulo indica hasta qué punto la narco política ha infiltrado y contaminado las altas esferas de la justicia ecuatoriana, después de la judicialización de altos personajes, la Asamblea (que es el parlamento) ha anunciado que seguirá un juicio político a la joven y valiente fiscal Diana Salazar.
El vecino país, claramente ha perdido las funciones de Estado siendo remplazadas por las organizaciones vinculadas al narcotráfico, ósea la narcopolítica lastimosamente convirtiendo al Ecuador en un país cerca de ser inviable.
El escandalo ha llevado a la estupefacción no solamente del pueblo ecuatoriano, sino que ha trascendido las fronteras especialmente en la región. Estos hechos deben ponernos en alerta para que, en cada país de nuestro continente, se ponga en alerta extrema por la penetración de las organizaciones criminales. En Colombia todos los días vemos como ejércitos enteros están sustituyendo las funciones del estado.
Los hechos en el Ecuador son verdaderamente lamentables y explican muchos de los acontecimientos políticos de este año que termina. Deseamos que la fiscal Diana Salazar se sobreponga a las amenazas.
