Es una buena noticia la reapertura del Puente Internacional Rumichaca desde el próximo primero de diciembre. Las familias y amigos volverán a visitarse, los estudiantes ya no tendrán que hacer malabares para poder pasar, se incrementará el turismo de lado y lado y, en especial, nuestra economía va a crecer por las compras que harán los hermanos ecuatorianos, más aún, con un peso colombiano tan devaluado.
A los colombianos nos quedará más difícil visitar al lindo Ecuador, ya que, por 40.000 pesos, nos darán tan solo 10 dólares; sin embargo, esto nos puede ayudar a incentivar el turismo propio. El departamento de Nariño nos ofrece todos los climas y en cada uno un sito hermoso por visitar.
Les abrimos los brazos a nuestros hermanos ecuatorianos en estas épocas de fiesta, los esperamos con cariño y respeto; sabemos de la importancia y necesidad de pasar a otro país y encontrar todo más barato. Nosotros lo vivimos en épocas antiguas, cuando el Ecuador tenía el sucre como moneda local.
La llegada de ecuatorianos no puede incrementar el dolor de cabeza en los nariñenses, sobre todo en el desabastecimiento de combustible. La medida del Gobierno Nacional de aumentarle a Nariño el cupo con subsidio por diciembre es un termómetro de la cantidad de vehículos extranjeros que van a llegar a tanquear.
Espero, sin ser un experto en el sector, pero sí un ciudadano, primero, que el aumento de 500.000 galones sea suficiente; segundo, que siempre se venda combustible con subsidio; tercero, que no vayamos a tener que hacer monumentales filas para conseguir gasolina; cuarto, que haya un control, un verdadero control, para que el preciado líquido no se quede por allá en el Cauca y, por último, que no se aprovechen, como malos colombianos, de sacarle más jugo a los galones extra. Ser avispado no es saltarse las normas morales o escritas.
Por: Emilio Jiménez
