El retiro de la competencia deportiva es un desafío monumental, y pocos lo entienden mejor que Yuri Alvear Orejuela. Una atleta que se convirtió en un ícono del judo, llevando el orgullo nacional a nuevos niveles con su destreza en la competencia y sus logros internacionales. Yuri, tras una carrera estelar que incluyó una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, una medalla de plata en Río 2016 y tres títulos mundiales en Judo, tomó la difícil decisión de retirarse en 2021.
“La satisfacción de obtener una clasificación a unos Juegos Nacionales, Panamericanos o Centroamericanos, un Mundial o unos Juegos Olímpicos, y recibir en los mismos una medalla de oro, plata o bronce, no tienen comparación y es algo que no lo compra ni el dinero mismo”, expresa Yuri Alvear con nostalgia, recordando los momentos inolvidables de su carrera.
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Lamentablemente, una lesión le impidió participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, marcando un hito en su carrera competitiva. Sin embargo, Yuri no se retiró del todo. Siguiendo su pasión por el judo, dio el paso hacia el rol de entrenadora, una meta y objetivo que siempre tuvo en mente.
“Me gusta lo que hago, lo disfruto mucho. Sigo en la misma intensidad, adrenalina y tensión que se vive en la competencia, pero desde la barrera. Aquí me preocupo por todos mis alumnos, asegurándome de que estén bien y compartiendo mi conocimiento para que lo comprendan de la mejor manera”, comparte Yuri sobre su nueva faceta.
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Con una formación profesional en deporte y actividad física, Yuri Alvear ha acumulado experiencia significativa como entrenadora. En 2022, trabajó como entrenadora de la Selección Colombia, se retiró y se unió a Indervalle, además de formar parte de la comisión deportiva de la Federación Internacional de Judo. Su compromiso también se extiende al programa de Talento Deportivo, donde supervisa y apoya a las nuevas generaciones emergentes.
Reflexionando sobre su transición y el impacto del deporte en su vida, Yuri destaca: “Siempre he dicho que el deporte es un estilo de vida, cambia la sociedad y soy testimonio de eso. El deporte me abrió las puertas, me permitió cumplir muchos de mis objetivos, ser una profesional, culturizarme, conocer otros países y, obviamente, los logros deportivos que obtuve.”
La retirada de Yuri Alvear del tatami no marca el fin de su legado, sino el comienzo de un nuevo capítulo donde su pasión y conocimiento guían a las generaciones futuras. Invita a los padres a fomentar el amor por el deporte en sus hijos, no solo por las medallas, sino por los valores y la educación que el deporte puede inculcar.
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